jueves, 18 de abril de 2013

Por la defensa de nuestro aire, mar y tierra.


En esta ocasión escribimos en nombre de los pueblos indígenas Ikojts (Huaves) y Binniza (Zapotecas) del Istmo de Tehuantepec (Oaxaca, México), para dar a conocer de las violaciones a sus  Derechos como Pueblos Indígenas realizadas por los tres niveles de gobierno en nuestro país, así como por un sinnúmero de empresas trasnacionales que actualmente se disputan se territorio, su mar, su aire, su tierra y su vida para convertirlas en mercancía. Estas empresas llegaron a escondidas, haciendo acuerdos con líderes y funcionarios de gobierno corruptos, acordaron repartirse el territorio, como si este estuviera vacío, como en la época colonial en América repartieron los pueblos y así los dividieron; en pleno siglo 20 han hecho nuevamente lo mismo en este territorio. Las comunidades que desde hace milenios viven en el Istmo de Tehuantepec, están sufriendo desde fines de los años 90s y sobre todo a partir de 2004, una colonización acelerada del territorio por parte de empresas eólicas multinacionales. Estas empresas están acaparando e invadiendo las  tierras, debido al fuerte viento que sopla durante casi todo el año en esta región con el propósito de producir energía. Este viento es parte de su cultura, tradiciones y espiritualidad, pero para estas empresas es simplemente es una fuente de riqueza, proveniente tanto de la venta de electricidad eólica como de la venta de bonos de carbono (verificados por el Mecanismo de Desarrollo Limpio o Clean Development Mechanism) y el acceso a otros mecanismos financieros de la mal llamada “economía verde” (como los Fondos de Inversión del Clima, el ClimateTechnology Fund, etc).

2. Sabemos que a las empresas no les interesa cuidar el medio ambiente puesto que son ellas mismas las que en aras de la mercantilización de todas las formas de vida, han destruido hábitats, ecosistemas y han acelerado el cambio climático global; y lo sabemos porque los parques eólicos en esta región han destruido tierras fértiles donde cultivan alimentos, han derribado cientos de árboles milenarios y destruido pastizales y palmares. Su principal objetivo son los millones de dólares que la Organización de Naciones Unidas les otorga por concepto Certificados de reducción de Emisiones de carbono, cuyo costo por tonelada de carbono o bono verde es de 354.6 pesos, dinero que también obtienen las empresas multinacionales, además de los miles de pesos mensuales que ganan por cada aerogenerador. Desde principios de la década pasada, el Gobierno del Estado de Oaxaca empezó a dar concesiones ilegales a empresas eólicas sobre estos territorios, violando los derechos para crear un “cartel eólico”, formado sobre todo por empresas multinacionales españolas (Iberdrola, Acciona, Unión Fenosa / Gas Natural, Preneal, Renovalia Energy, etc), con participación también de algunas italianas (Enel) y francesas (EDF). Estas concesiones ilegales les daban a estas empresas derechos exclusivos para desarrollar parques eólicos en estas tierras. La mayor parte de los parques producen electricidad para grandes grupos empresariales, tanto extranjeros como mexicanos, tales como Wall-Mart, FEMSA, Heineken, Cemex, Bimbo, etc. Estas empresas se benefician de un menor coste de electricidad, mientras que las comunidades pagan tarifas sumamente altas, y sufren la persecución judicial en el caso de que no puedan pagar los altos cobros de luz. Aparte de las concesiones, las empresas necesitan contratos firmados por los Comisariados de Bienes Comunales o Ejidales, así como permisos de cambio de uso de suelo firmados por Presidentes Municipales. Consiguieron estos documentos en base a la corrupción de las autoridades locales y los líderes, y a los engaños y la coacción de las comunidades, sin seguir los mecanismos de consulta, previa, libre e informada y de toma democrática de decisiones a la que se tiene derecho. Las comunidades del Istmo están en lucha desde hace varios años para defender su territorio de la invasión neo-colonial que están sufriendo. Las empresas responden con la violencia del Estado, sembrando división y violencia dentro de las comunidades, contratando policías y militares jubilados para dirigir fuerzas de choque usando a los trabajadores empleados en la construcción de los parques eólicos, así como grupos de sicarios que los agreden, persiguen y amenazan de muerte. De los procesos de resistencia en marcha, el que tiene más fuerza actualmente es el relativo al proyecto del consorcio Mareña Renovables, que pretende construir el mayor parque eólico de América Latina, de 396 MW. El consorcio está formado por FEMSA (la mayor embotelladora de Coca-Cola del mundo) y Heineken (dueña de la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, que produce diversas marcas de cerveza) como consumidores de la electricidad, y Mitsubishi, el fondo de pensiones holandés PGGM, y el Fondo de Inversión Macquarie México (establecido por el fondo australiano Macquarie con dinero del BID, del gobierno mexicano y de fondos de pensiones mexicanos) como inversionistas. Cuenta con financiación del Banco Interamericano de Desarrollo(BID) y de varios bancos. Este proyecto afectará irreversiblemente una barra de arena y manglar que divide las lagunas Superior e Inferior del Istmo. Esta barra, denominada Barra de Santa Teresa, es una parte esencial del frágil ecosistema de la que dependen los pueblos pescadores Ikojts y Binizaa de San Dionisio del Mar, San Mateo del Mar, San Francisco del Mar, Santa María del Mar, Álvaro Obregón, Santa María Xadani, Juchitán, Unión Hidalgo, etc.

3. El consorcio ya trajo todos los equipos pero no puede construir debido a que la comunidad de San Dionisio del Mar solicitó la suspensión definitiva del proyecto eólico en la Barra Santa Teresa mediante un amparo presentado a un juez federal, quién el día 07 de diciembre de 2012 determinó que “con fundamento en el artículo 233 de la Ley de Amparo, de plano, decreta la suspensión de oficio de los actos reclamados, para el efecto de que las autoridades responsables no priven total o parcial, temporal o definitiva de los bienes agrarios del núcleo de población quejoso, respecto de los terrenos ubicados en la Barra Santa Teresa”. Desde noviembre de 2012, las comunidades del Istmo han mantenido una guardia permanente en la entrada de la barra Santa Teresa para resguardar su territorio .En respuesta, el consorcio apeló al Gobierno de Oaxaca para entrar por la fuerza, pero las comunidades han resistido a la actuación dela Policía Estatal. Sin embargo en diferentes actos violentos han sido golpeados y apresados de manera injustificada, y hay una campaña permanente de desprestigio, hostigamiento y criminalización de nuestra lucha de resistencia. La empresa ha contratado como consultor a Diódoro Carrasco Altamirano, un ex-gobernador de Oaxaca y experto en reprimir movimientos a cambio de un porcentaje del proyecto, por lo que existe un alto riesgo de paramilitarización del conflicto. Finalmente, quiero resaltar que siempre han estado exigiendo a los distintos niveles de gobierno que respeten sus derechos como pueblos indígenas y que están consagrados y reconocidos en la Ley de Derechos y Cultura Indígena del Estado de Oaxaca, en la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, en la Organización Internacional del Trabajo y en la Declaración de las Naciones Unidas sobre derechos de los Pueblos Indígenas, sobre el derecho a la Consulta Previa libre e Informada. No obstante las concesiones y los diversos permisos administrativos necesarios para poder concesionar, construir y operar los parques eólicos fueron otorgadas sin la debida consulta a los pueblos indígenas Huave y Zapoteco que vivimos en la zona. Este derecho al consentimiento libre previo e informado fue violentado por el Estado mexicano y las empresas multinacionales. Actualmente el gobierno de Oaxaca, está realizando una campaña para un supuesto proceso de consulta en el Istmo de Tehuantepec, que permitirá la entrada de la empresa Mareña Renovables con el argumento de armonizar los intereses de la empresa y nuestros pueblos. Frente a esta nueva embestida del gobierno y las empresas que tratan de manipular los derechos indígenas, la Asamblea General de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio manifiestan que los intereses de la empresa y el pueblo no pueden armonizarse en tanto que son totalmente contrarios, han dicho que ¡No! Quieren que se les despojen de sus territorio, que el gobierno acate la decisión ya tomada del pueblo como lo establecen los tratados internacionales y leyes locales, reconozca la responsabilidad que tiene, y respete desde ahora los derechos al territorio, a una vida digna y a decir ¡NO!

4. Descalificación, manipulación de la información y persecución, lo que ha provocado la polarización social en la región y un ambiente totalmente coaccionado que impide esa libertad de ser consultado.· Que la Consulta Previa, Libre e Informada es un proceso, donde los pueblos indígenas son el principal actor de dicha consulta, nada se puede hacer sin el conocimiento del pueblo, además de que cada una de las partes de este proceso puede durar meses y hasta años y no es un acto de consulta el hecho de colocar urnas y ver quien tiene mayoría, como han sido las consultadas realizadas en México hasta el momento QUIEREN SEGUIR VIVIENDO COMO LOS PUEBLOS INDÍGENAS QUE SON . “Ellos no pueden vender nuestro mar, nuestra tierra, nuestro viento y nuestra vida construida con el conocimiento de nuestros ancestros, por lo que hemos dicho No al Proyecto en la Barra Santa Teresa”
 POR EL RESPETO AL DERECHO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS LA TIERRA, EL AIRE Y EL AGUA NO SE VENDEN SE AMAN Y SE DEFIENDEN. 

Recomendamos ver un vídeo:

Equipo 5

Sophia Ratz
Isabel Ugalde
Cesar Briones
Ivonne Puente
Jessica Castillo

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